12/06/92
>> Un artista puede tener intenciones, pero generalmente cuando obtiene una obra de arte es porque no las concretó. La concreción tiene que ver, por un lado, con la capacidad de ejecución, con la técnica; por el otro, con procedimientos ya probados y concepciones ya reconocidas. Entonces, lo peor de que todo llegue precisamente al lugar donde se supone es que se arriba al "buen gusto", al pasado.
>> La artesanía es un zombie del Arte. Toma una forma que en su momento fue arte con el fin de reproducirla infinitamente como un clono de menor resolución que el original. Me imagino que alguna vez hubo un coya que hizo una vasijita realmente increíble y admirable. Hoy existe un mercado de vasijas coyas. Con el rock' n' roll sucedió lo mismo, e incluso con cierta música tecno que ya está hiperclonada.
>> Si la artesanía depende del pasado, del "buen gusto", entonces el arte tiene que ver con lo siempre nuevo. Para la artesanía uno ya está preparado, sabe de antemano cómo consumirla. Pero en el caso del arte, lo más fascinante es que no se llegue a enmarcar en los parámetros establecidos, que traicione nuestra información.
>> Los discos que más me gustan son aquellos en los cuales está tan poco claro lo que hay que hacer con ellos, que habilitan muchos usos posibles. Por eso, cuanto menos definida y dirigida sea la funcionalidad de una obra, mejor.
18:00
>> Generalmente, cada vez que inicio un nuevo trabajo destruyo aquellos sonidos que funcionaron en la producción anterior. Durante un tiempo no hago más que generar sonidos. Básicamente, cuento con dos sistemas generadores: por síntesis o por muestras. En el primer caso, los sonidos son obtenidos por ondas (analógicas, digitales o sampleadas) en un sintetizador. En el segundo, se trata de extraer fragmentos de un CD, o ruidos de ambiente a través del DAT, para luego someterlos a procesos en el sampler. Además, muchas veces los sonidos generados por el primer sistema pueden ser también transformados por el segundo.
29/05/92
>> Estos tecladistas de formación fueron finalmente los que tuvieron real ingerencia en la fabricación de nuevos instrumentos. Hace casi cuarenta años R. Moog insistió en la necesidad de aplicarle un teclado al sintetizador oponiéndose a Don Buchla, mi ídolo, que había inventado un instrumento con sensores, unas placas que con sólo tocarlas emitían sonidos. Por supuesto, Moog respondió al mercado que siempre tiende a la estabilidad y a la necesidad de los viejos tecladistas que exigían afinaciones estables (que la escala se mantuviera todo el tiempo perfectamente temperada ya que la belleza musical dependía de la relación entre alturas tonales impecables). Buchla prefería sus sensores análogos cuyos sonidos jamás llegaban a ser los mismos, ni a estar afinados según los parámetros académicos. ¡Imagínense los problemas que le hubiera agregado este hombre a un Rick Wakeman que pegaba sus perillas con poxipol para que sus ejecuciones en vivo reprodujeran con una exactitud total (nunca la conseguía, claro) lo que había tocado en los discos! Estos músicos no soportan lo impredecible y lo combaten influyendo en el mercado, además de difundir las ideas de control, reproductibilidad y exactitud como valores a los que la tecnología debe responder. Es una lástima; si el sintetizador modelo Buchla hubiera vencido en el mercado, la música habría sido otra.
>> Desde el '87 hasta hoy han aparecido compositores para los cuales el sampler fue su primer instrumento. El house del '88/'89, por ejemplo, podía haber existido antes, la tecnología ya estaba dada. Sin embargo, hasta que el instrumento no se abarató y pudo llegar a manos de esos no-músicos que son los disc-jockeys, el recambio estético no se produjo. Cada nuevo instrumento implica una nueva estética que hay que saber explorar y explotar.
27/05/92
>> Hoy día los mejores instrumentos son los que tienen mayor amplitud; los que te permiten ser un luthier sonoro. Los malos instrumentos actuales, en cambio, tienen tanto carácter que nunca pueden dejar de sonar como ellos mismos.
"Mis teorías no son un producto objetivo, ni pretenden serlo. Son más bien aserciones artísticas con formato teórico. Me deslindo, por lo tanto, de los marcos de la supuesta realidad. Y sostengo todo en una subjetividad débil y discutible, aprovechando para afirmar que a todo conocimiento teórico que hasta hoy haya abarcado o no, lo ubico en este plano."