21/07/92

>> Hace unos días fui a ver Cape Fear de Scorsese, que es uno de mis directores favoritos, pero ratifiqué todas mis sospechas sobre el cine americano de los últimos tiempos. La película está llena de imágenes de PODER, llena de intenciones todo el tiempo; no te da descanso. Lo único que busca es producir un efecto predeterminado en vos, y, por supuesto, tu única posibilidad de sumergirte es asumir ese camino, tan angosto que no te queda otra opción. Al final crea una relación artista-espectador completamente cerrada. Pero lo más siniestro de todo es que esta película te manipula haciéndote creer que sos libre e inteligente. Ésta es la clave del Poder: lograr la manipulación del otro con intenciones bien demarcadas y por medio de estrategias.

>> Cape Fear ni siquiera llega al punto del ULTRAPODER, donde hay tanta intencionalidad que ya es casi una saturación, como pasa con Terminator II. Así sí me gusta asistir y perderme en la masa frente a un espectáculo fachistoide ocurriendo en pantalla. Es más, en esos casos pedís, querés que sea aún más imponente, mucho más poderoso todavía. En música, los ejemplos serían Madonna o Michael Jackson. Me gusta ser una víctima masoquista del ULTRAPODER, pero más me seduce el funcionamiento de la POTENCIA.

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