>> La potencia existe a pesar de sí misma, sólo clama por fluir, no tiene mayores objetivos. Siempre pierde su intencionalidad porque es víctima de su propia inercia. Hay potencia en El gabinete del Dr. Caligari, por ejemplo, porque representa un momento del cine en que el lenguaje cinematográfico no estaba todavía codificado. La película avanza por caminos que después el cine rechazó. Yo me imagino que los realizadores decían: "y si hacemos esto; y si hacemos aquello, y si ...". Abría continuamente canales para la experimentación. En esa época ni siquiera había un mercado definido con necesidades definidas. Entonces la potencia fluía...
>> Volviendo a Cape Fear, agregaría que me produce desprecio el modo en que ese tipo de cine se apodera de estructuras visuales y situaciones dramáticas que alguna vez fueron de potencia. Usa encuadres a la Hitchcock y trata de sorprender con estructuras que se sabe que sorprenden. Uno al final ve la película en guardia, acomodando su reacción a los estímulos. Con muchas canciones sucede lo mismo: vos aprendés a ponerte de tal o cual modo según lo que un ritmo, un acorde o un estribillo te imponen convencionalmente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario